Las causas son que podemos dañarnos tanto las encías como el esmalte con su punta afilada aun siendo de madera.

La pregunta es si de verdad siendo cuidadosos a la hora de extraer los restos más grandes de comida nos dañamos a nosotros mismos con el uso. La respuesta es que sí.

Es más que sabido que todos los dentistas lo desaconsejan sin ambages puesto que además de dañar con la punta afilada, se pueden clavar astillas y otra consecuencia que quizás nos pase desapercibida, es que se produce un desplazamiento de la placa bacteriana haciendo que se concentre en aquellas zonas donde termina este efecto de barrido producido por el mondadientes. Como consecuencia se acumula dicha placa produciendo que aparezca con mayor celeridad el sarro en esas zonas de acumulación.  

Al preguntarles a los dentistas que si de verdad somos sumamente cuidadosos y tan solo retiramos el resto grande de comida que se acumula en un sitio determinado  y que tanto molesta cuando comemos fuera. Así como evitemos hurgarnos por otras zonas de la dentadura en busca de más restos, la respuesta sigue siendo la misma aunque alguno hay que pueda confiar en nuestra pericia.

Después de saber esto y no recreándonos en la búsqueda de restos ni emulemos un cepillado con el palillo, aunque deban desaconsejarlo, quizás algún odontólogo pueda suavizar su postura siempre y cuando se lleve a cabo una limpieza correcta lo antes posible. Eso sí, si el resto es tan grande que molesta y no necesitamos hurgar por tanto podemos redondear un poco la punta del palillo antes de usarlo y no descuidarse un ápice en el uso al entrar en contacto tanto con la encía como la pieza dental.    

Que nadie nos entienda mal, ya que por supuesto está desaconsejado, pero es curioso este debate que nos planteó un paciente amigo pues quizás haya que darle la razón que si el uso es según estas indicaciones y de manera muy puntual puede ser que no sea tan perjudicial. Ya que como en tantos ejemplos es el mal hábito continuado lo que causa el daño a medio y largo plazo. Aunque, dicho sea de paso, no cueste nada llevar un poco de hilo dental en el bolso cuando salimos a comer fuera.